L
eticia Orrego con su reciente triunfo en la reelección como concejal de Medellín, no solo constituye un testimonio de su incansable perseverancia, sino también un vívido recordatorio de la fuerza y determinación que caracterizan a las mujeres paisas. Como una verdadera protagonista, la concejal ha tejido su camino a través de las complejidades políticas, dejando su huella en la ciudad y demostrando que las mujeres de Medellín están dispuestas a liderar con audacia y gracia en este apasionante escenario del servicio público.
En la pasada elección, la concejal del Centro Democrático enfrentó no solo la competencia de otros candidatos, sino también las voces de aquellos que desde su propio partido le sugerían abandonar la contienda. Sin embargo, la tenacidad de Leticia se manifestó, y solo tres de los 21 concejales lograron regresar a la corporación concejo de Medellín, siendo ella una de las tres curules repitentes. Este logro no solo es una victoria personal, sino también un reflejo de su compromiso con la ciudad y sus convicciones políticas.
Leticia, abogada de profesión, especialista en Derecho de Familia, Derecho Administrativo y Contratación Estatal, así como candidata a Magíster en Gestión Pública, ha construido un perfil profesional sobresaliente. Su trayectoria incluye roles significativos como Registradora Especial de Medellín, Contralora Auxiliar de Participación Ciudadana, Contralora Auxiliar del Talento Humano, secretaria general (e) y Subcontralora (e) en la Contraloría General de Medellín, así como secretaria general del Concejo de Medellín durante dos periodos consecutivos. Además, ha desempeñado funciones cruciales como Personera delegada de Asuntos Disciplinarios en la Personería de Medellín y Abogada Externa en la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.
Su incursión en la política no ha estado exenta de desafíos. Identificándose como una mujer de derecha y admiradora de la obra del expresidente Uribe, Orrego se ha destacado en el concejo como una defensora apasionada de los valores familiares.
Es su dedicación a la ciudad lo que le ha permitido mantenerse en el concejo, siendo una voz crítica y audaz, pero constructiva. La corporada se erige como una líder que no teme señalar las deficiencias, pero que también propone soluciones concretas. Enfrentando el gobierno de Daniel Quintero, al que califica como el más nefasto de la historia, ha defendido a Medellín con argumentos sólidos y una actitud enérgica.
La figura de esta mujer de alma valiente no solo representa la perseverancia y la valentía de las mujeres paisas, sino también la capacidad de estas para destacar en roles políticos de importancia. Su reconocimiento como una figura fuerte y argumentativa en la política local establece grandes expectativas para su roll en el cuatrienio. Medellín cuenta con una voz sólida que llegó para quedarse, una voz que continuará resonando en el concejo y que promete contribuir al progreso y desarrollo de la ciudad.
